Elecciones desde 1989: ¿Cómo ha variado la participación?
El análisis de la evolución de la participación en elecciones y plebiscitos en Chile entre 1989 y 2023, basado en datos del Servel, refleja los impactos de las reformas electorales, los altibajos en la participación ciudadana y los hitos históricos que han modificado el comportamiento del electorado, destacando cómo la reintroducción del voto obligatorio ha sido clave para reactivar la participación democrática.
- 1990s: Tras el retorno a la democracia en 1989, la participación electoral fue significativamente alta, alcanzando un 86,8% en las primeras elecciones presidenciales y parlamentarias post-dictadura. Este porcentaje puede reflejar entusiasmo por parte de la ciudadanía por participar en la naciente democracia. Durante los años 90, se observó una leve caída, aunque todavía con una participación sólida: 82,4% en 1993 y 73,1% en 1999.
- 2000s: Declive gradual y cambios en el sistema electoral. En la década de 2000, la participación continúa disminuyendo, cayendo a un 69% en 2005 y un 59,6% en 2009. Este descenso se puede atribuir a diversos factores pero es claro que la introducción del voto voluntario en 2012, junto con la inscripción automática, fue un punto de inflexión. En las elecciones de 2013, la participación cayó a 49,3%, lo que evidenció que el cambio en las reglas no incentivó una mayor participación, sino que más bien la redujo, en parte por el desapego de sectores del electorado.
- 2010s: La reforma electoral de 2015, que puso fin al sistema binominal, fue una respuesta directa a las críticas sobre la falta de representatividad del Congreso. Sin embargo, en las elecciones presidenciales de 2017, la participación apenas alcanzó el 46,7%. Esto indicó que, a pesar de las reformas estructurales, existía un distanciamiento entre la ciudadanía y los procesos políticos.
- 2020s: El estallido social de 2019, seguido por el proceso constituyente, marcó un renacer en la participación ciudadana. El plebiscito de entrada de 2020, que decidió la redacción de una nueva Constitución, alcanzó un 50,9%, siendo una cifra relativamente alta considerando la voluntariedad del voto. En las elecciones de convencionales de 2021, sin embargo, la participación fue del 43,4%, confirmando una tendencia de moderada participación cuando se trataba de elecciones voluntarias.
- No fue hasta la reintroducción del voto obligatorio en 2022 que la participación se disparó nuevamente. El plebiscito de salida de 2022, que rechazó la propuesta de nueva Constitución, alcanzó un 85,8%, casi igualando los niveles de participación de las primeras elecciones democráticas en 1989. Esta cifra subraya que el voto obligatorio es un factor determinante para asegurar una participación masiva. En 2023, con el voto obligatorio ya establecido, la participación se ha mantenido alta, superando el 84% en las elecciones de consejeros constitucionales y el plebiscito de salida.
Con las elecciones municipales de octubre en el horizonte, queda por ver si el voto obligatorio continuará manteniendo estos altos niveles de participación o si surgirán nuevas dinámicas que alteren el comportamiento electoral en Chile, especialmente en un contexto marcado por recientes polémicas políticas.