Con el propósito de incrementar el acceso a la educación superior y garantizar la igualdad de oportunidades en el ingreso, el Estado inició un programa de beneficios estudiantiles a través de créditos en el año 1981 y posteriormente amplió la cobertura con becas a partir de 1991. Este sistema ha permitido aumentar significativamente la cantidad de estudiantes en las últimas décadas, llegando a ser hasta 12 veces mayor en comparación con los 120,000 estudiantes del año 1980.

¿Se ha cumplido el propósito?

Varios estudios respaldan los beneficios que la asignación de estos beneficios estatales aporta a la población. En primer lugar, tiene un impacto significativo en el acceso, ya que los estudiantes vulnerables, al recibir financiamiento, optan por la decisión de continuar con sus estudios. En segundo lugar, estos beneficios aumentan la probabilidad de que los estudiantes continúen estudiando después de su primer año, particularmente entre aquellos que reciben el beneficio debido a razones socioeconómicas.

¿Qué datos se tienen disponibles?

Los datos a continuación ilustran la distribución de estudiantes en educación superior y el porcentaje de estudiantes que reciben algún tipo de beneficio estatal. Estos datos pueden ser analizados desde diversas perspectivas. En primer lugar, según el tipo de institución en la que los estudiantes están matriculados (CFT, IP o Universidad). Luego, se puede examinar la distribución según el género y el índice de vulnerabilidad escolar. Finalmente, se puede observar la distribución de estudiantes en función del tipo de beca que reciben.

Algunos resultados clave son los siguientes:

  • En el año 2008, aproximadamente el 21% de los estudiantes en educación superior recibían algún tipo de beca estatal, mientras que en el 2022, esta cifra ha aumentado significativamente, llegando a alrededor del 60%.

  • Si observamos la cobertura por tipo de institución en el 2022, se destaca que aproximadamente el 73% de los estudiantes en CFT obtienen algún tipo de beca, en comparación con el 51% en Institutos Profesionales (IP) y el 59% en Universidades.

  • En cuanto a género, no existe gran diferencia entre acceso a becas durante el tiempo. Sin embargo, se observa que las mujeres acceden en mayor proporción a los beneficios estatales.

  • A medida que aumenta el índice de vulnerabilidad escolar (IVE), la proporción de estudiantes que reciben algún tipo de beneficio aumenta en relación con aquellos con un IVE menor. Esto se relaciona con el diseño de la política en la asignación de estos beneficios estudiantiles.

  • La gratuidad para el proceso de 2022 representa la mayor proporción entre los diferentes tipos de beneficios. Su crecimiento ha sido exponencial desde la implementación de la política pública en 2015.

 

Tipo de establecimiento de educación superior

 

Género

 

Dependencia

 

Nivel de vulnerabilidad

 

Tipo de beca